El desarrollo del comercio electrónico y de los servicios en línea representa un potencial considerable con efectos económicos y sociales beneficiosos. La economía de Internet crea 2,6 puestos de trabajo por cada empleo «no en línea» destruido y ofrece una mayor capacidad de elección para los consumidores, inclusive en las zonas rurales y aisladas. Las ganancias para los consumidores ligadas a los precios más bajos en línea y al mayor surtido de productos y servicios disponibles se estiman en 11 700 millones de euros, lo que equivale al 0,12 % del PIB europeo. Si el comercio electrónico representara el 15 % del comercio minorista y se eliminaran los obstáculos al mercado interior, las ganancias para los consumidores podrían alcanzar una cifra de 204 000 millones de euros, lo que representa el 1,7 % del PIB europeo1. No obstante, la Comisión Europea ha observado que existen todavía muchos problemas que obstaculizan que los consumidores y las empresas adopten plenamente los servicios en línea: las normas aplicables no se suelen conocer o son inciertas, las ofertas carecen de transparencia y son difíciles de comparar y los pagos y los medios de entrega suelen ser caros e inadecuados.